Luis de gongora movimiento literario

Luis de gongora movimiento literario

Luis de gongora movimiento literario

Letrillas

Luis de Góngora y Argote (1561-1627), posiblemente uno de los más grandes poetas españoles, fue reconocido ya en 1585 como un «raro y vivo genio» nada menos que por el poeta y dramaturgo Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) en su primer libro titulado La Galatea (1585). Tras estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca, Góngora fue nombrado racionero de la catedral de Córdoba. Con la esperanza de obtener el patrocinio real, Góngora consiguió finalmente un puesto en la corte de Madrid en 1617 como capellán real del rey Felipe III. A lo largo de su carrera, Góngora encontró admiradores y suscitó polémica no sólo por su poesía, sino también por su incongruente afición al juego y a otras actividades frívolas mientras era diácono de la iglesia católica. Góngora se convirtió en el archienemigo de su colega Francisco de Quevedo, defendiendo cada uno sus estilos de escritura diametralmente opuestos. Como principal defensor del movimiento castellano conocido como conceptismo, la escritura de Quevedo era directa y satírica; las palabras simples y escuetas provocaban, sin embargo, una abundancia de posibles significados. Por el contrario, el estilo de Góngora, conocido como culteranismo o gongorismo, empleaba un vocabulario difícil y complejidades sintácticas, a menudo hasta la impermeabilidad esotérica.

Selección de poemas de luis de gó…

Nació en Córdoba en 1561 y estudió en Salamanca (1576 – 1580). Su primer poema se publicó en 1580. En 1585 fue elogiado por Cervantes por su «Canción de Calíope». 1613 fue su mejor año: Publicó «Polifemo» y su poema «Las Soledades» se estrenó en la corte de Valladolid. Fue muy polémico por su tono oscuro y sus artificios, lo que le hizo ganar adeptos y enemigos, con Quevedo entre estos últimos. En 1617 se instaló en Madrid y se ordenó sacerdote. Trabajó como capellán del rey gracias al duque de Lerma. Salvo dos comedias que no cuajaron, Góngora escribió sobre todo poesía. Su influencia en la poesía española fue tan grande que incluso llegó al gran Lope de Vega, y sustituyó a la de Garcilaso de la Vega hasta bien entrado el siglo XVIII. Murió en Córdoba en 1627.

La fábula de polifemo y galatea

Luis de Góngora (1561 – 1627) fue un destacado poeta y dramaturgo, así como uno de los más importantes representantes del Siglo de Oro español. Hoy se le reconoce como el máximo exponente del culteranismo, corriente literaria que se denomina alternativamente gongorismo. Su obra poética se caracteriza por ser intrépida y, al mismo tiempo, mundana.
Asimismo, su lenguaje es considerado uno de los faros más brillantes en la evolución de la «poesía hispanohablante» contemporánea. Así, su obra ha sido calificada como «las dos caras de un mismo espejo», donde la luz y la oscuridad tienen un origen similar en sus diferentes escrituras.
Luis de Góngora y Argote nació el 11 de julio de 1561 en la calle de las Pavas de Córdoba, Andalucía. Formaba parte de una de las familias más acaudaladas y conservadoras de la época a orillas del Guadalquivir, de hecho, su padre era juez de bienes desamortizados por el Santo Oficio.
El joven Luis llegó a tomar órdenes menores hasta alcanzar el grado de canónigo de la catedral de su ciudad natal. Además, alcanzó un gran prestigio al ocupar el cargo de Capellán Real en 1617 durante el mandato de Felipe III. Lo cual, le llevó a vivir hasta 1626 en la corte de Madrid para poder ejercer las funciones inherentes a su título.

Poemas de luis de góngora

Luis de Góngora El poeta español Luis de Góngora y Argote (1561-1627) causó furor por su uso de la metáfora compleja, el vocabulario latinizado, la sintaxis poco convencional y las sutilezas metafísicas. Su estilo barroco se conoció como gongorismo.
Nacido en Córdoba el 11 de julio de 1561, Luis de Góngora se educó allí y en la Universidad de Salamanca, donde, sin mucho entusiasmo, estudió derecho mientras prefería la literatura y la música. No existe constancia de que obtuviera su título. Se dice que una desafortunada aventura amorosa dio origen a uno de sus sonetos más conocidos, LXXXVI, La dulce boca que a gustar convida, un cáustico pronóstico a los enamorados de que «todo lo que queda del amor es su veneno».
Ya en 1580 Góngora manifestó cierta predilección por la poesía culta o eufórica, como lo demuestran su uso de versos proparoxítonos, sus latinizaciones y su explotación de la mitología clásica. Aun así, durante estos primeros años y más tarde, conservó el gusto por lo popular, por la picaresca e incluso por la meneo.

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