Genero literario de esquilo
Aportaciones de esquilo
Sólo se conservan siete de las setenta o noventa obras que se calcula que escribió. La autoría de una de estas obras, Prometeo atado, es objeto de un largo debate. Algunos creen que la escribió su hijo Euforión. Se han conservado fragmentos de otras obras de Esquilo en forma de citas, y se siguen descubriendo más en papiros egipcios. Estos fragmentos ofrecen a menudo más información sobre la obra de Esquilo[7] Fue probablemente el primer dramaturgo que presentó obras en forma de trilogía. Su Oresteia es el único ejemplo antiguo que se conserva[8]. Al menos una de sus obras estuvo influida por la segunda invasión de Grecia por los persas (480-479 a.C.). La importancia de la guerra contra Persia fue tan grande para Esquilo y los griegos que el epitafio de Esquilo conmemora su participación en la victoria griega en Maratón sin mencionar su éxito como dramaturgo. A pesar de ello, la obra de Esquilo -en particular la Oresteia- es generalmente aclamada por los críticos y estudiosos modernos.
La orestia
Tras un breve repaso del movimiento Derecho y Literatura, este artículo sugiere posibles convergencias con la enseñanza de la ESP y el uso de la tragedia griega clásica. Toma como «estudio de caso» la Oresteia (458 a.C.), una trilogía de Esquilo que presenta el primer drama judicial de la literatura occidental. La primera parte del artículo ilustra cómo las tensiones entre una forma de justicia privada y otra cívica conducen a una serie de luchas de poder, especialmente entre hombres y mujeres. La siguiente parte muestra cómo el verdadero poder se basa en el dominio del lenguaje y los signos. En la conclusión se sugieren formas en las que el drama clásico puede ser utilizado por los instructores de ESP, dado que las cuestiones planteadas son tan relevantes hoy como lo eran en el siglo V a.C.
6Este artículo se sitúa al principio de la línea temporal, centrándose en la Oresteia de Esquilo (458 a.C.), que contiene el primer drama judicial de la literatura occidental. Resumiendo, la trilogía comienza con el regreso victorioso de Agamenón de la guerra de Troya. Inmediatamente es asesinado por su esposa Clitemnestra en venganza por el sacrificio de su hija Ifigenia. Muchos años después, su hijo Orestes regresa del exilio. Él, a su vez, asesina a Clitemnestra para vengar el asesinato de Agamenón y es perseguido inmediatamente por las Furias, antiguas crías que castigan a los asesinos de parientes. El caso es llevado ante la diosa Atenea, que establece un tribunal para juzgar a Orestes, que es absuelto.
Oresteia
A pesar de las cuestiones políticas y religiosas atenienses del siglo V a.C. que se difunden con más frecuencia en las tragedias de Esquilo que en las de Sófocles y Eurípides y que exigen alguna explicación histórica para el lector moderno, las obras de Esquilo (c. 525/524 – c. 456/455 a.C.) siguen poseyendo esa cualidad intemporal de pensamiento y forma que es el sello de la literatura griega clásica y que ha hecho que los temas del drama de Esquilo sean siempre contemporáneos. Aunque el intenso patriotismo ateniense de Esquilo y su probable apoyo a las reformas democráticas de Pericles están bastante bien documentados en sus fuentes biográficas y se ven reforzados por la evidencia dramática, es su atención a las cuestiones teológicas y éticas y, especialmente, a la conexión entre Zeus y la justicia y a las normas que rigen las relaciones entre los seres humanos y entre la humanidad y la divinidad lo que proporciona un enfoque central para sus tragedias.
No puede ser una coincidencia que las siete tragedias existentes, aunque son menos de la doceava parte de su corpus total, reflejen una preocupación constante de Esquilo por el tema del sufrimiento humano y sus causas. Una y otra vez, las obras de Esquilo sugieren que el sufrimiento humano es un castigo divino causado por las transgresiones humanas y que las personas se provocan a sí mismas sus propias penas al sobrepasar sus límites humanos mediante la hybris, la arrogancia o el orgullo excesivo. Al mismo tiempo, el papel de los dioses, y especialmente de Zeus, en esta secuencia de acciones y sufrimientos humanos es de especial interés para Esquilo, cuyas obras buscan en Zeus una fuente de justicia y de retribución justa a pesar de los caprichos de un mundo aparentemente injusto.
Ajax
Protagonista: Orestes, el hijo de Agamenón y Clitemnestra, que regresa para matar a su madre en venganza por el brutal asesinato de su padre. Antagonista: Clitemnestra, una mujer villana que asesina a su propio marido cuando éste regresa a casa, victorioso, de la guerra.
Clitemnestra pone en marcha su plan de venganza contra su marido, Agamenón, que sacrificó a su hija Ifigenia a la diosa Artemisa para que su flota tuviera vientos favorables antes de la guerra. Este acto de venganza pone en marcha un ciclo brutal, cuyo final no se vislumbra.
Tras matar a Clitemnestra y Egisto, Orestes huye de la escena, acosado por las Furias. En el clímax de la trilogía, Atenea celebra una sesión judicial improvisada, en la que declara a Orestes inocente y otorga a las Furias nuevos puestos como guardianas de Atenas.
El argumento de la primera obra, Agamenón, alude al famoso mito griego de la Guerra de Troya, en el que valientes héroes griegos navegaron hasta Troya y derrotaron a los crueles troyanos, que habían robado la bella Helena al rey Menelao. Muchas historias griegas, como la Odisea y la Ilíada, también aluden a este mito.